Preciosa poesía que Miguel Hernández dedicó a su hijo, cuando supo que solo se alimentaba de pan y cebolla. Él puso la letra, Serrat la música y la voz
Añadido por Pilar en Enero 7, 2017
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Preciosa poesía que Miguel Hernández dedicó a su hijo, cuando supo que solo se alimentaba de pan y cebolla. Él puso la letra, Serrat la música y la voz